EMERGE’12
GALERÍA
RAFAEL PÉREZ HERNANDO: 22/01/13-02/02/13
Aquí, que todo es más discreto y
humilde, exposiciones cómo ésta no vienen
nada mal, la verdad sea dicha. Claro que es muy escueta, que los
intereses con los que surge casi se quedan en eso, en un conjunto de motivaciones
que, con toda la buena intención del mundo, se quedarán poco más que en eso:
una oportunidad de bregarse en el difícil mundo del arte contemporáneo.
Porque sí, porque las hostias y los
sinsabores vendrán, como en todo hijo de vecino, más tarde: cuando ya no haya
ni Universidad Francisco de Vitoria,
ni Fundación AXA, ni galería alguna que les pueda apoyar. Y, si me apuras, ni
comisario –Francisco Carpio- ni
madrina –Ouka Leele- que se digne. Pero
en fin, eso son otras historias de las que hablamos todos los días. Aquí de lo
que se trats es de empezar la historia de un sueño.
Con una obra cada artista, de lo que
se trataría sería suscitar poco más que un leve interés personal, pero también una
mirada general al panorama artístico emergente de lo que se hace en las
facultades españolas. Porque en un mundo ya hiperprofesionalizado, cuando hasta
para poner una bombilla hay que hacer un máster y la titulitis ha enfangado las
corrientes de un país como el nuestro provocando que sean hordas los jóvenes
que emigran, una cosa más que clara es que se es artista si el título
universitario así lo atestigua.
La hojita de sala es todo lo que cabría
esperar: novedad a raudales, diversidad de intereses, multiplicidad de
lenguajes, pluralidad y singularidad, lo particular y lo global, etc. En
resumen: todo lo que el arte “es” y todo lo que un buen artista “emergente”
debe ser. Que esto sea tan así es más
que discutible, pero en fin, la buena intención es lo que aquí cuenta.
Entrando
ya a saco en lo visto, gustarme me ha gustado mucho la pieza de Usua Pérz Echegoyen: discursos metidos
en frasquitos, con letras doradas, de canciones de Lady Gaga, de comunidades, de adolescentes, …: grupúsculos de poder
materializados, diría quizá Foucault.
También me ha gustado la pieza de Beatriz
Díaz, superponiendo dos regímenes de visualidad fragmentada, además de una
fragilidad casi candorosa.
Ignacio Lobera, Álvaro
Latorre y Andrea Ganuza
demuestran de forma clara y brillante que los problemas acerca del medio –del soporte
y la tecnología- se o saben al dedillo: cómo la realidad queda construida a
través de las injerencias ideológicas de la mirada tecnologizada. La pintura
siniestro-infantil de Sandra Rilova tampoco está nada mal.
Pero
lo mejor lo mejor, las piezas de vídeo de Julio
Fernández Arpón
Aquí
os dejo una!! http://vimeo.com/44579790
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