MUNTADAS: PALABRAS, PALABRAS…
GALERÍA MOISÉS PÉREZ
DE ALBÉNIZ: 21/01/17-18/03/17
Tesis 1: El
giro lingüístico ha sido demoledor.
Tesis 2: Si
hablamos de demolición es porque el desplazamiento provocado por dicho giro afecta
a los relatos omnicomprensivos y reguladores del sistema-mundo imperante hasta
entonces.
Corolario 2.1: La
postmodernidad no es sino la constatación a escala global de este hecho.
Corolario 2.1.1: La decepción
o melancolía por antiguos estados de la cuestión no va de suyo inherentes a la
constatación postmoderna de la situación. Semejante identidad es el epicentro
de la función ideológica que opera hoy en día con mayor solvencia.
Corolario 2.1.2: Más que dar
carpetazo a través de la eclosión de lo “post” a una serie de conceptos, la
postmodernidad ha de suponer –habría en todo caso de suponer– un aldabonazo
para iniciar una serie más capaz de tratar con nociones tales como “destino”, “vida”
y, sobre todo, “felicidad”.
Corolario 2.1.2.1: El arte no
ha de señalar el camino a seguir sino mostrar que el camino está, en cualquiera
de los casos, por hacer.
Corolario 2.1.2.1.1: La crítica
de arte no debe fajarse en cuestiones valorativas ni interpretativas: ha de,
más difícil e importante que todo ello, servir de sensor dialógico capaz de
desbrozar el paisaje policial alentando para ello, desde la preeminencia
siempre de la irrupción radical de cada obra, nuevos rastreos en ese camino por
hacer.
Corolario 2.1.2.2: Cualquier
connivencia del arte con las tesis de la melancolía, la decepción y el olvido
son instancias ideológicas que desvirtúan la potencia disruptiva del arte.
Tesis 3: La
esfera pública es una cámara centrifugada de discursos cuya legitimidad emana
de cada una de las proposiciones.
Corolario 3.1: El arte ha de
situarse en este mismo terreno multidiscursivo. Es decir, ha de insertarse sin
miedo dentro de la lógica propositiva actual: ha de arriesgarse a perderlo todo
en la cámara de resonancia que es la esfera pública actual.
Corolario 3.1.1: Autonomía
no es sino la reclusión del arte dentro de una cápsula donde simula una
proactividad como coartada a su manifiesta impotencia e insuficiencia en las
actuales condiciones de producción capitalista.
Tesis 4: La
producción de discursos ha dejado de estar en manos de agentes individuales
para pasar a manos de grandes agencias mediáticas. Estas agencias producen a
cada momento cantidades ingentes de proposiciones pseudo-informativas que crean
una reverberación donde la pluralidad de efectos de legitimización y verdad
fluctúan en tiempo cero.
Corolario 4.1: En esta
eclosión mediática de simples efectos superficiales de sentido, la
desorientación y desconcierto del agente individual es absoluta.
Corolario 4.2: Más que
revelarse contra la instauración mediática y de la deriva al que se siente
lanzado, el agente individual ayuda a la implementación global de este régimen
de producción.
Corolario 4.3: Bajo
interfaces que simulan el logro brechtiano del agente productor, el régimen
mediático global permite interactuar al individuo, insuflándole la creencia de
que él también es nódulo de producción discursiva, agente propositivo con
capacidad propia.
Tesis 5:
Contra lo que podría inferirse a un nivel de crítica ideológica, el agente sabe
la verdad de este régimen mediático: sabe que sus pequeñas injerencias
discursivas están sobrevenidas por un sistema-mundo que lo ningunea y lo sitúa
en un exilio perpetuo.
Corolario 5.1: No hay nada
que el agente necesite saber que no sepa ya.
Corolario 5.1.1: Formas de
crítica ideológica empeñadas en dar al agente la posibilidad de un saber que lo
catapulte a la emancipación son formas totalmente inanes e impotentes de
crítica. Más aún: son la antesala a implementaciones ideológicas cada vez más
fuertes.
Corolario 5.1.2: De igual manera,
estrategias artísticas fundadas en despertar al agente de su supuesta modorra
ideológica son formas sobrevenidas de repotenciación ideológica ya que,
mostrando su propia incapacidad a través de un saber ya sabido, refuerzan al
sujeto en su sujeción ideológica.
Tesis 6: La
razón única por la que el agente soporta esta situación de sujeción ideológica
a través de un saber que es sabido es porque su sumisión mediática le
proporciona un goce difícil de alcanzar de cualquier otra manera.
Corolario 6.1: Entender la
sintomatología precisa de este goce nos sitúa en el terreno de la fantasía
ideológica: el agente fantasea con lo imposible –con la catástrofe, con la
irrupción de lo real en sus pantallas. Cada mínima posibilidad fracasada le
permite experimentar un goce de, paradójicamente, insatisfacción. Al igual que
la mercancía no satisfacía nunca del todo y lanzaba al sujeto a una compra
compulsiva y repetitiva, ahora cada instante promete ser el de una catástrofe
global que no termina de advenir.
Corolario 6.2: Frente a una
esfera pública lacerada por una multivariedad n-potencial de discursos, frente
a una pantalla-mundo donde la función ideológica es sabida por todos los
agentes pero –justo por ello– sostenida en una panavisión escópica donde se
promete verlo todo –ver la catástrofe en prime time–, el arte está a punto de
no significar nada.
Corolario 6.2.1: Ese
supuesto riesgo antes señalado que el arte ha de correr, no puede siquiera ser
experimentado pues las tectónicas ideológicas lo ofrecen o lo niegan siempre de
manera fraudulenta y simulada, como mera recodificación y engranaje en la
fantasía ideológica pero sin efectivo poder disuasorio o disruptivo.
Corolario 6.2.2: Incluso la
pertinencia artística señalada de ofrecer fogonazos de un camino por recorrer
son reconducidos mediáticamente como meras proposiciones visuales, como
sucedáneos de una emancipación que en tanto utópica posibilidad está ya
ingresada en la maquinaria administrativa de la ideología.
Tesis 7:
Bajo un saber ideológico que es sabido por todos, la ideología permite que todo
pueda ser creído, incluso –quien dice que no– las tesis emancipatorias del
propio arte.
Corolario 7.1: Esta
permisividad ideológica es lo que al fin y al cabo desconecta al arte de su
propia capacidad pues la creencia en cualquier logro solo puede ser mostrada a
la esfera pública en tanto que simulada apariencia a través de los canales
mediáticos de distribución.
Corolario 7.1.1: En esta
situación, la única razón de ser del arte es esforzarse en repetir una y otra
vez la misma operación de supuesto troquelado de la superficie mediática donde
reposa la esfera pública. Solo así, en su propia inviabilidad, en la puesta en
limpio de un futuro para el que no cabe promesa alguna, el arte podrá señalar
ese camino por venir: el arte podrá pasar, algún día, a otra cosa.
Corolario 7.1.2: Para ello,
la única estrategia es la de abogar por formas de saber que operen una fricción
en el régimen mediático de lo dado, que fuercen al plegamiento de discursos y
de niveles ideológicos diferentes con el fin de saturar aún más la escena, de
hacerla inaudible. Es decir, ha de abogar, aún en ese riesgo de quedar
reducidos a cero, por un saber diferente.
CONCLUSIÓN 1: La
actual exposición de Muntadas
muestra perfectamente ese saber que todos sabemos. En tanto que vehiculado dicho
saber a través de una forma presumiblemente estética, el trabajo se encuadra dentro
de lo que es una “obra de arte”. De este modo cabe inferir este trabajo como de
gran exposición, capaz de representar ese saber que hace de sustrato ideológico
global.
CONCLUSIÓN 2: No
obstante, bajo las premisas desarrolladas en las tesis más arriba enunciadas,
es claro que esta obra no aporta nada a la lógica de riesgo, impotencia y
fracaso con la que debe cargar el arte para en su mediática inviabilidad,
abogar por pasar a otra cosa. Es una simple cacofonía visual para mediar
efectos superficiales de un saber, repetimos, archisabido.
una de tus críticas que más me ha gustado. Felicitaciones.
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