miércoles, 13 de febrero de 2013

ARCO’13: LUCHAR CONTRA LOS ELEMENTOS




Como cada año a estas alturas, la cita puntual de ARCO llama a nuestras puertas. Y, también como cada año, la sensación de naufragio y abismo se hace patente entre todos los estamentos del arte nacional. ¿Qué porqué?, ¿qué si es un deporte que les gusta jugar, ese de cantar las miserias del sector? Pues más bien no. Más bien es que la propia feria nació en un momento de entusiasmo generalizado pero que, poco a poco, se ha ido comprobando que decir España y decir cultura en una misma frases suena un poco a chiste.

Nació, creció, tuvo la oportunidad de llenar huecos importantes para el sector, hacerse con gran parte del pastel latinoamericano… Pero ahora, perdida la oportunidad, se contenta con dejar que pase el chaparrón y ver que puede salvarse del tinglado.

Y es que son demasiados los elementos a los que el arte nacional tiene que enfrentarse cada año. Ya no solo el desprecio aburguesado y amorcillado de la sociedad, ya no solo la geta y sinvergonzonería con el que las clases políticas tratan al arte; también hay que sumarle –aunque va de la mano con ese desprecio patrio a las cosas del saber- la postposición sine día de la ley de Mecenazgo, la subida del IVA a unos límites con los que es imposible competir en mercados cercanos y parecidos al nuestro, el retirarse de una de nuestras pocas galeristas de renombre internacional (Soledad Lorenzo), la injusticia municipal cometida contra otra de las grandes (Oliva Arauna), la intentona de retirada de ocho galerías catalanas por no verse cumplidas sus expectativas de “ahorro” o la no aparición de La Fábrica -motivos económicos parecen que le llevan a posponer la inauguracion de su nueva sede.
 


Así las cosas, ARCO se ha quedado como evento local al calor del cual, eso sí, se han reproducido ferias de mucho menor calado pero que ayudan a dotar al arte de su semana de gloria, de su visibilidad como acontecimiento mancomunado. Que el 95% de las ventas realizadas el año pasado en el mercado del arte haya sido por cantidades menores de 5000 € da buena cuenta de la proyección y explica el porqué de situaciones como con la que nos desayunamos hace unos días, en la que tres galerías de Madrid –José Robles, Eva Ruíz y Raquel Ponce- han de aunar esfuerzos (y sobre todo gastos) para poder sobrevivir.
 
Pero en fin, el año pasado también –como no- pintaban bastos y al final se salió con cierto orgullo del asunto. Los aires nuevos de Carlos Urroz, el dejar los experimentos para la gaseosa (net-art, escaleras mecánicas, etc), el hacer hincapié en los aciertos (Focus, Opening), abrir otros modelos de negocio (proyecto Collect on line), hacen necesario el optimismo, el no claudicar y el de sacar fuerzas de flaqueza. Por de pronto –y a la espera de datos más fidedignos- el número de banqueros con cara de despistado ayer (día 13) a las 5 de la tarde era el mismo que en años anteriores.
 
Entrando ya en detalle, de primeras dos pinceladas: la moda de este año pudieran ser las fotografías perforadas, una cosa así como un Seurat desfondado, un puntillismo donde la mirada se topa con su vacío; y si quedaban ya pocos despachos sin su Peter Zimmerman de turno, este año pueden optar por algo más trasgresor, algo como una omnipresente Catherine Grosse.




 

Por lo demás, la mayor parte lo colapsa lo de siempre: grandes fotografía de paisajes y/o no-lugares, con o sin luz sublime-cenital (José Manuel Ballester, Thomas Ruff, Antonio Mesones), el minimal-decoración con tintes de surface-constructivismo a lo Imi Knoebel  y los cuadros (también de gran formato, para cubrir paredes enteras) de todo lo que exude pintura de tintes abstractos (de Günther Förg hasta Wendy White).

Apuntar también que este año, como de lo que se trata es de vender a degüello, las obras-“escándalo” no aparecen: se echa en falta un poco de su aire fresco pero, a la larga y a la corta, despistan demasiado al paisanaje. En definitiva, que, como siempre, es socavando entre lo que es imposible dejar de ver como aparecen los hallazgos.
 
Así pues, y empezando por cualquier parte destacamos el video poético/hipnótico de Xoán Anleo; las esculturas-objeto de Jurgen Drescher y de Christopher Weber; A Kassen, en Maisterravalbuena, se descubren como unos maestros de la ironía fina; el futbolín de Abel Barroso, los seres alienígenas de Rafa Macarrón y la “videovigilancia” de Simón Vega proponen la sorna como estrategia crítica; la hornada de videos políticos está más que bien resuelta con Regina José Galindo (cada día más como una Abramovic de “verdad”), Edgardo Aragón y Aníbal López.; también –aunque cansa ya un poco últimamente- la piara de cerdos devorando la península de Santiago Sierra; la instalación de David Ferrand Giraut y de Abraham Cruzvillegas (toda la Chantal Crousel para él); en IvoryPress destacan Los Carpinteros con sus tomatazos y un ejemplar del maletín Detritus (pieza de la que prometo dar mejor cuenta pero que son facsímiles de todo lo que se encontró en el despacho de Bacon). Por último, y aunque la lista da para más, la “peineta” de Regina Silveira, los videos de Harum Farucki y Michael Snow en Angells Barceló, y la instalación sonora de Jo-ey Tang.




 
A celebrar la presencia de uno de nuestros grandes, Eduardo Arroyo, y de Mitsuo Miura, llenando Adora Calvo con las propuestas ZAJ; y, hablando de los nuestros, destacar el trabajo de Cabello/Carceller en Elba Benítez, Enrique Radigales (todavía con exposición en The Goma), Amparo Sard, Almudena Lobera, Jaime de la Jara en Filomena Soares y en Fúcares, donde también se ve al indispensable Jacobo Castellanos, Eugenio Ampudia con una obra sutil por potente, la pintura de Secundido Hernández, Carlos Aires y la utilización política de billetes, Gonzalo Lebrija y su estudio del movimiento, el trabajo utópico de Alicia Framis, o Ignacio Uriarte, quien sigue sorprendiendo con su “arte de oficina”.

Cómo cada año hacemos unanlista –totalmente arbitraria, subjetiva y seguramente injusta- con lo que merece ser destacado con letras bien grandes. Tomen bolígrafo y apunten: 

1- Carmen Nogueira: reactivar las escaleras que servían para comunicar los dos berlínes, un gesto político y de necesario recuerdo.

2- Maíllo: joven pintor que arrasa ahí por donde pasa, ahora en José Robles y esperemos que siga

3- Juan Muñoz: sí, ya sé que es una primera figura, pero esa pieza en Faggionato oxigena a base de bien.

4- Nuria Güell: inmiscuirse ahí donde ética y derecho se tocan apenas con un roce. Genial.

5- Leandro Erlich: nos propone un viaje en avión hipnótico, sublime y, eso sí, sin huelgas ni retrasos.

6- Dominique González Foerster: un libro en la arena basta para conectar los sensores de la poesía de la ausencia.


7- David Escalona: ya le vimos en Fúcares de Almagro y aquí, en la ONCE, no defrauda.

8- Moisés Mañas: con una pieza conectada al flujo de twitter es la única que se puede ver que utiliza las redes sociales: solo por eso, ¡chapeau!

9- Julian Charriere: una foto a lo Axel Hutte, pero que luego es completado con una asombroso video donde la naturaleza parece seguir sumida en la magia de lo desconocido

10- Raha Raissnia: si la expo en Marta Cervera de hace os años fue buena, la pieza aquí presentada amplia el potencial de su trabajo.

 

1 comentario:

  1. En mi opinión éste no ha sido el ARCO más austero en esta ocasión había mucha selección pero como resultado obras potentes y de calidad.

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