jueves, 9 de febrero de 2012

ERIN SHIREFF: MIRADAS DISYUNTIVAS


ERIN SHIREFF: STANDING SHADOWS
GALERÍA MARTA CERVERA: 04/01/12-25/02/12

Si el minimalismo tomaba a la famosa psicología de la Gestalt para provocar una ruptura en el régimen de lo visual predeterminado por una historia del arte que, de manera subterfugia, pareciera ser –falsamente- ocular, Erin Shirreff muestra en su obra una preocupación por deslindar las estrategias de la percepción asumida por el minimalismo para provocar una disfunción, un efecto de retardo y una disyunción en la pretendida continuidad de los efectos asumida por muchas estrategias artísticas. Así, el trabajo de Shirreff se inserta dentro de las estrategias ocupadas en romper con la creencia de que el arte está íntimamente ligado con lo visual, con lo visible.

Ahora que el sujeto queda ya por fin refractado en una multiplicidad de imágenes para las cuales funciona él mismo como espejo lacaniano, la labor de Shirreff trata de provocar una ruptura en la lógica de la visibilidad impuesta por una economía de las imágenes –sean éstas artísticas o no- que privilegia de modo radical lo visto sin saber que, como diría Brea retomando a Benjamin, siempre hay un no-visto en aquello que vemos.

La manera de hacer de Sheriff es introducir al espectador en un terreno ampliamente conocido, el de las formas más comunes del mundo ordinario, para al instante hacerle dudar de las relaciones que el artista teje con semejante material. Y es que es quizá ahora, cuando más y mejor parecemos asentados en nuestras convicciones -¿y existe convicción mayor que aquella que nos muestra el reino de lo visible?- cuando paradójicamente, aunque quizá haya que decir -en ese sentido benjaminiano del que somos herederos- políticamente, menos seguros estamos en aquello que vemos -quedando ahora remitida toda episteme moderna en una red intermodal de intensidades fluídicas donde quizá sea la energía, ese lugar imaginario entre la publicidad y la privaticidad de nuestras vidas, lo que sustente el régimen de las posibilidades otorgadas por el sistema.

En la muestra que ahora mismo ocupa el espacio de la Galería Marta Cervera la artista presenta tres obras distintas: ‘Monograph’, ‘Field, Shade, Leaf, Line’ y ‘Untitled’, obras diferentes pero relacionadas entre sí y que amplían, como decimos, su exploración sobre la manera de ver y comprender los objetos estéticos, en particular las esculturas del pasado reciente que circulan a través de imágenes.


Nada más entrar el visitante se topa con ‘Untitled (Standing Shadows)’, una colección de pequeñas esculturas instaladas en pedestal cuya característica más propia es la de su no-completitud y su más que patente liviandad. Apoyadas, apiladas, recortadas, sujetadas una contra otras, las piezas remiten a una fragmentación del espacio propio al que quedan remitidas. Por su parte, ‘Field, Shade, Leaf, Line’ consiste en un bucle de 160 diapositivas que, tomando como base reproducciones encontradas en antologías de esculturas modernas, enfatiza los puntos de vista fragmentados, los reflejos y esquinas para, en la sucesión de diapositivas, crear en la mente del espectador nuevas formas abstractas, acaecidas únicamente en el intersticio temporal que media entre fotogramas. Por último, la pieza ‘Monograph’ consiste en seis fotografías construidas a modo de dobles parejas mal emparejadas.

En todos sus trabajos, como puede verse, el espectador se encuentra en la tesitura y dificultad de encontrar el ángulo válido, la perspectiva correcta para descifrar unas formas que, en principio, serían las vistas en nuestro mundo cotidiano. Apariencia y realidad, ver y no-ver, mirar y ser visto, son duplas conceptuales -y casi diríase existenciales- que Sherriff torsiona hasta quedar amparadas en una lógica diferente, en una percepción que pierde de pronto todos sus anclajes.

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