Como muestra, un botón. O mejor, dos. Adorno, teórico chamánico de cuando la cosa empezó a ponerse de verdad chunga, defendió siempre lo que él llamaba “nicht mitmachen”: el no participar o transgredir por conveniencia. Esto, que a los adalides de lo políticamente correcto, siempre les ha olido a chamusquina de la rancia, no es más que la posibilidad apriorística desde donde intentar conocer la sociedad a través de la reflexión crítica. Porque, dicho a las claras, si no hay reflexión crítica no hay nada, ni arte ni nada que se le parezca: solo un idealismo en busca de aquello precisamente que sabe va a encontrar.
Por si no quedamos muy convencidos, el segundo botón: Rancière, filósofo empeñado en limpiar de hierbajos y rastrojos el campo estético, establece que las coordenadas desde donde politizar el arte no van dirigidas a hacer del arte precisamente lo que le falta a la política para crear efectiva movilización en un mundo ampliamente desencantado de la política. Más bien al contrario, “arte y política se sostienen recíprocamente como formas de disenso, operaciones de reconfiguración de la experiencia común de lo sensible”.
Esto, que parece meridianamente claro, que las relaciones arte/política deben quedar cifradas en una indecibilidad que, por otra parte, es justamente lo que permite una modularidad de las prácticas en el ejercicio efectivo de crear verdadero disenso (Rancière) o crítica negativa (Adorno), es olvidado las más de las veces en beneficio de una práctica caduca y repetitiva que da al espectador precisamente aquello que anda buscando: una cabeza de turco, un malo de la película, una falsa conciencia de saber qué se cuece de verdad en la realidad.
Por ejemplo, en esta época tan indignada, donde el campo social se ve impotente para hallar verdadera oposición al status quo imperante, el arte ha terminado por convertirse en el laboratorio de ideas donde lo político puede terminar por hacer pie y hallar momentos de efectiva resistencia. Pero, claro está, si lo que hacemos –como ocurrió en la última Bienal de Berlín- es meter al movimiento 15M en el hall de la exposición principal sin más, como si con el gesto y la intención bastase, lo único que se consigue es una atrofia por dejación de principios.
Y es que, somos conscientes, a veces es difícil pillar de qué va el asunto: lo común es no atinar en comprender la relación arte/política de modo tal que ni decante las prácticas artísticas como novedosas formas de lograr identidad política en un mundo ampliamente desencantado de lo político ni –en el otro extremo– vea en la incapacidad del arte de inmiscuirse en las redes políticas su más que palpable disolución y muerte. El tema es, como en la canción de la Rosenvinge, hallar “la distancia adecuada”.
La distancia por la que abogan pensadores como Adorno o Rancière no es la de desentenderse de lo político. Más bien al contrario, consiste en saber que toda crítica necesita de una distancia y que aquello que sea la realidad no es algo dado de antemano sino que es algo construido de forma inmanente al propio discurso estético-crítico. Es decir, todo ejercicio efectivo de resistencia política consiste en hacer mediar otra distancia, otra separación donde la dialéctica sujeto/objeto no halle nunca reconciliación –pues eso sería síntoma de haber sido subsumido por la razón utilitarista, fetichista y regresiva-, y donde pueda darse un disenso entre dos políticas, comprendiendo ésta como el conflicto mismo sobre la existencia de un espacio público -o, dicho de otra manera, “la actividad que reconfigura los marcos sensibles en el seno de los cuales se definen objetos comunes”.
Si la realidad es por tanto una construcción social críticamente elaborada, de lo que se trataría es de socavar ese real consensuadamente dispuesto, fracturarlo y multiplicarlo de forma polémica. La relación que media entre arte y política no es entonces la de posibilitar un pasaje de la ficción artística a lo real, sino una relación entre dos maneras de producir ficciones. No se trata de insertarse en lo real ni de desvelar lo falso del mundo real; muy por el contrario, de lo que se trata es de violentar los presupuestos de lo real desde dentro, desde el ejercicio –y aquí nos ponemos rancierinianos- de una política de la estética encaminada siempre a crear un disenso, una fractura en el campo de lo ya-dado.
Todo esto, lo hasta aquí escrito, para aplaudir a rabiar la performance de ayer del artista granadino Omar Jerez. Porque en ese paseo no se juega a la dialéctica de la oposición ni tampoco a sacarse el as de la mano para ganar la partida en terreno ajeno. De lo que se trata es de desajustar el consenso, de dar al traste con la política del consenso, de revelar la ideología de base sobre la que se eleva cualquier dogma. Más aún si cabe si ese dogma es el del terror.
Un paseo que revela cómo los repartos del nosotros y del ellos ha quedado comprometido a fuego por una frontera de sangre y terror. Es decir, en la sociedad vasca no hay lugar para ninguna construcción de lo social que no pase por un consenso previo: el que separa y excluye, el que dicta un régimen no político sino policial que hace del otro un rehén supeditado a afirmar la fuerza ideológica de un nosotros para el que no hay márgenes de diferencia ni otredad.
No hay arte político, pensamos, si de una manera u otra no hace suya la sentencia de Benjamin: “que todo siga ‘así’ es la catástrofe”. Ahí, justamente, en ese “aquí y ahora”, en ese así instantáneo, queda cifrada la distancia que hace posible un arte crítico: “un arte crítico –dice Rancière- es un arte que sabe que su efecto político pasa por la distancia estética”.
Quizá Omar Jerez no hace nada nuevo: hace de la memoria el potencial despolitizador, el descompresor de consensos ideológicos. Pero sí que hace novedoso: él porta, consigo mismo, pegado al cuerpo, la propia memoria. Con ello hace más patente el hecho de que la memoria duele, de que la fuerza de la razón que se autoimpone es incómoda de ver.
Si en El arte de la indignación –en un artículo firmado intencionadamente como anónimo- el intelectual queda referido como aquel que cumple dos requisitos, el de exponer su cuerpo y el de disolucionar su propia imagen, con esta performance Omar Jerez, si no se erige en intelectual per se, si que pone el dedo en la herida sangrante de esta sociedad: que frente al oprobio de quedar referida la sociedad en una construcción consensuada ideológicamente, no hay siquiera espacio para que los cuerpos –el del intelectual o el de cualquier otro- tomen la palabra.
Y es que la inteligencia del sistema es tan perversa que no hay cuerpo que aguante una mirada disciplinadamente mediática: todo mirar sistémico lanza ya la premisa de que ese cuerpo está allí por algo, para ganar notoriedad y publicidad. Nosotros, por el contrario, pensamos que el arte ha de correr el riesgo de ser reducido a ejercicio onanista por parte de unos pocos, precisamente los ya convencidos de que no hay nada más allá del consenso ideológicamente estipulado.
Omar pone su cuerpo, lo expone para que, al tiempo que pueda ser vilipendiado o negado, surja efecto esa distancia estética donde el camelo de una realidad falsamente emancipada salga a la luz. Si el cuerpo del artista sirve muchas veces de pantalla tácitamente colocada –respecto a la propia obra, respecto al espectador o incluso respecto al arte mismo- para evitar el riesgo, para situarse cómodamente sin peligro de salir herido, esta vez el artista sabe que toda distancia críticamente estética ha de renunciar, antes que nada, a la posición acomodaticia de un cuerpo que sabe nada va con él.
Como concluye el ensayo anteriormente comentado, el cuerpo herido de Omar Jerez intenta rememorar a la víctima para “ser un fantasma, uno más entre tantos, pero no para quedar aletargado bajo las coordenadas biopolíticas del poder inmune de la nada, sino para aparecer, como un fogonazo que se disemina en el cuerpo de los otros: esto es, para testimoniar el impulso de verdades corporales; de cuerpos que rearticulan y redimensionan su tensión política: su exigencia vital”.
Para terminar por tanto, la performance de Omar Jerez pone sobre el tapete la única verdad no dicha hasta ahora respecto al terrorismo: que ser-un-cuerpo es la promesa futura de nuestro ser-víctima, una promesa que no puede quedar al abrigo de políticas consensuadas en el olvido y el no-mirar sino que debe ser actualizada a cada instante, si no en nuestro propio cuerpo, sí al menos como rememoración de aquel que sí fue ejecutado, que sí expuso el cuerpo tanto como para llegar a ser cuerpo-víctima.
Justamente en ese “cargar con lo que no nos toca” queda la distancia estética posibilitada para ejercer una crítica disensual y negativa respecto a esa otra razón, despótica y fascista, que sentencia que a cada cual, lo suyo.
El tema planteado es muy importante: en tiempos en los cuales los pronósticos de Guy Debord se han confirmado (todo es pasible de ser transformado en espetáculo), hay que llevar en cuenta la distancia sob pena de que la potencia crítica del arte que se pretende política sea neutralizada. las bienales, las grands exposiciones y ahora mismo las pequeñas galerías cada vez más acogen a practicas hasta hace poco consideradas no artísticas. El riesgo ademas de perder potencia es que ese arte político sea 'naturalizado', en términos de Barthes, y en consecuencia que los temas d ese arte, sena de la misma manera a, naturalizados. Ojo!
ResponderEliminarNo sé, no veo esto muy claro. ¿Aquí no hay espectáculo y oportunismo? Ten cuidado Panizo de caer seducido por las redes de la "verdad"
ResponderEliminarRazón llevas en lo que dices. El arte no debe prestarse a tratar de dotar de contenido político una esfera política desencantada de lo político. Si lo hace corre el riesgo de caer en todos los errores que enumeras, desde quedar convertido en espectáculo hasta que su potencia sea prontamente asimilada por el sistema. No obstante, esa distancia -la distancia correcta y crítica- ha de saber que es tanto lo que hemos perdido que, para estar a la altura, cada vez valen menos las posturitas de salón. Quizá quede poco para que el arte -incapaz ya de ressitneica- muera en la orilla, pero lo que está claro es que no nso podemos quedar a ver como sucede. No te digo adentrarnos a mar abierto y sin flotador -eso quiza es lo que nos tienta a hacer el propio sistema capital-, pero sí al menos chapotear en al orilla y ver el riesgo lo más cerca posible.
ResponderEliminarCuriosa afirmación de Jerez sobre el arte
ResponderEliminar"Me resulta inevitable preguntarte ahora: ¿Cómo consideras, de manera general, la situación del arte hoy día?
¡Una Mierda! y no hay excusas… mira… desde que se inventó la estúpida carrera de Bellas Artes han salido una cantidad de gañanes en el mundo del arte que alucinas. ¿Tú crees que Picasso podía enseñar como hacer algo genial o imperecedero? Antes el arte era de unos pocos y ahora es de un montón de mamelucos que no pueden vivir sin su ego ni su mundo absurdo, las historias de los grandes les han influido tanto que creen que pueden serlo. Eso sin contar con que todos buscan las mismas fórmulas y casi todos los que pintan zurraspas se creen genios. Antes había una frase que venía a decir que cuando fueras mayor de edad podrías aspirar a ser presidente del gobierno, jajajaj, a ver quién lo dice ahora, como si fuera un reto posible. Lo mismo pasa con los estudiantes de Bellas Artes, ellos minan el arte y dentro de poco los que demostramos talento e ideas seremos de nuevo los que estemos ahí."
El resto de la entrevista a Omar Jerez no tiene desperdicio
ESto del Jerez es demasiado simulacro oportunista, es verdad que expone su cuerpo al vilipendio y a la negación pero se le ve venir. Quizá ha dado en el clavo pero no es el artista que esperábamos que lo hiciera porque ha buscado una oportunidad para estar en el candelabro ¿Para eso sirve una perfomance como esta? ¿Para llamar la atención? ¿hay algo más que llamar la atención? ¿Hay vida después de la muerte? ¿que será lo siguiente, sentarse en el trono del Palcio Real para llamar a las conciencias?
ResponderEliminarLo cierto es que frente a la crítica clásica devastada ya por el reino del espectáculo –todas ellas basadas en la ‘denuncia’ y la ‘oposición’- la memoria (recordación) se ha convertido en una de las principales bazas con la que sortear la cosificación y mercantilización de toda pode contestataria. A partir de ahí se puede empezar a hablar…¿oportunismo u oportunidad? Yo -e igual me quemo en el reino mediático- creo que es una oportunidad. ¿Qué a partir de ahora toda injusticia se haga visible vía rito performativo? Bueno, de hecho las fronteras del arte y del no-arte son moldeables, siempre a expensas de lo que el arte pretenda ser. El arte no tiene porqué tener efectos en el campo de lo real (de hecho no debe), pero sí que debe de señalar el oprobio, la catástrofe nuestra de cada día… con los medios que pueda.
ResponderEliminarHacer performance en una de las herida del "amigo-enemigo" más grandes de España, me parece simplemente algo inapropiado. Uno de los bandos ya tiene a su artista.
ResponderEliminar¿Pero este señor es vasco o es que ha visto un documental sobre ETA en Telecinco y le ha impresionado?
Hace dos días estaba con los enfermos de Sida....
deseando estoy de ver la siguiente "Batman Hirst"!!
¿y algo sobre el paro y sobre los desahucios?
¿Será este arte político del malo y además de derechas?
Una lástima que un tio tan valiente para jugarsela por hacerse un hueco en la triste escena artística de este pais, haga cosas de tan poco valor artístico y tanto alcance mediatico.
ETA se disolvio hace mas de dos años, las encuestas del CIS ya no lo plantean como una preocupación de la población.
El problema vasco cada vez es más normalizado
Es un tanto vergonzante que alguien se instalé en este "amigo-enemigo" para tener visibilidad artistica.
Las cosas no son tan sencillas como "estos son los buenos y estos son los malos".
es para morirse de la risa.
Por otro lado este uso, en mi opinión, acritico de citas a autores de tamaña consideración, me hacen recordar a la escena de una de la peliculas de Woody Allen donde un personaje de reparto citaba a Mcluhan. Tal vez si Adorno y Ranciere pudieran saber de esta obra y de este texto, el cuento cambiaría. Yo no voy a entrar en tan esteril tarea.
Esto es arte de siglo XX, el problema del crítico es el del presente. Bajesen una actualización.
El uso de la teoría estética debería abrirle los ojos señor Panizo.
Quizá está usted señalando la pertinencia total de esta pieza. ¿Qué porqué ETA se disolvió está todo olvidado, qué la normalidad se ha instaurado entre nosotros? Me parece que algunas obras de arte están para hacer patente precisamente eso que se quiere olvidar.
ResponderEliminarEn fin...si las cosas no son tan sencillas quizá debería darnos una pincelada de cómo son, deseandito estoy.
Lo de la coletilla tan usada y demagógica que hay que ser vasco para saber un poquito de qué va el terror me parece una sandez.
Por supuesto que toda obra de arte que no sea un vómito de la realidad (de esa supuesta convivencia que usted parece decir reina en la sociedad vasca y española) queda insertada per se en redes antinómicas, que es imposible separar el arte crítico de esa otra cosa llamada arte comprometido, pero creo que esta pieza señala lo oculto, ese olvido sobre el que se fundan las sociedades hiperconsensuadas de hoy en día. Ese olvido, en este caso, no señala a una utópica emancipación, sino a la afrenta más radicla que es la de amtar al otro.
No es la primera vez que Omar señala lo que hay que señalar. Ya lo hizo con los enfermos del SIDA, y con los hombres maltratados por las mujeres, y con las mujeres musulmanas atrapadas por el hiyab, y con los encerrados y secuestrados como Ortega Lara, y con más cosas. Creo que es un artista pertinente que señala lo que está oculto, y ahora con las víctimas de ETA. Esto es lo que tiene que hacer el arte, estar con los más desfavorecidos, con las víctimas, esto es arte crítico y comprometido y Omar Jeres más que apelar a la memoria nos reperesenta la realidad. Ojalá muchos artistas hagan lo que hace este hombre audaz y valiente, trabajar con la memoria fresquita y no hacer un paripé de la realidad. Solo alguien con talento y superdotado puede atreverse a hacer algo así, y hacer suyas las palabras de Ranciere creando no una distancia crítica sino volviendo y haciendo real lo que antes era una accion performativa. Por eso hay que defenderlo y por eso entiendo que no tenga galerista ni galeria en España y que sea tan poco entendido por la crítica. Gracias Sr. Panizo por descubrirnos este artista excepcional, antes Chris Makos y Hirst ya se habían dado cuenta del potencial de este hombre capaz de vender sus piezas de video a precios astronómicos. Sólo falta que en España se le de aprecio al talento que este hombre atesora.
ResponderEliminarSi ya me disgustó el uso de la" autoridad de los filósofos"
ResponderEliminarpara maljustificar o ensalzar tal acción, esto ya se sale de madre
QUE ESTA PIEZA SEÑALA LO OCULTO?
Permitame la risa, por favor.
El problema de ETA un problema oculto?
No es que no tenga ni idea del tema el autor, es que usted está demostrando, así como malentiende las palabras de autores como Adorno, que del problema vasco usted tampoco sabe mucho más que lo que dicen en los reportajes de Informe Semanal.
Pero tanto usted como el autor desde sus tal vez ridiculas posiciones pretenden apuntarse algún tipo de tanto.
Esta obra no va sobre el terror en general, eso no es un hecho
esta obra no va sobre el problema vasco. ESTA OBRA VA SOBRE LO MALOS QUE SON LOS TERRORISTAS... es tan parcial que me parece de primero de curso.
Supongo sería bueno estar bien informado para hablar sobre algo digo yo.
Usted para hablar de este señor nos habla de Ranciere y Adorno, pero curioso es que a esta obra ya le han sacado columnas de opinión en periodicos tan de la onda de T. W. Adorno como la Razón ABC o el Mundo, Alfonso Ussia, fiel seguidor de Ranciere y de Adorno, lo hacía el otro día.
Un tema oculto, si claro para 4º Milenio,
como conjugar cualquier obra hasta la fecha de Omar Jerez con la Teoria estética de Adorno.
No se puede hablar del problema vasco por ver los telediarios.
eso es evidente.
Agur
Lo dicho, una pena que tanta valentia tanto para escribir sobre estetica como para hacer obra sola nazcan de la triste vanidad de las personas.
*por dios pero si este tio hace unas cosas que dice que invita a santiago sierra a una charla y luego va su primo... que espanto!!!
*cuan dificil es la disciplicina de la estética amigo Panizo...
ah por cierto mira, hoy tras ver la performance de Omar
ResponderEliminartodo se ha desOcultado!!
el ministro ha sido iluminado y ha dicho
http://politica.elpais.com/politica/2013/05/07/actualidad/1367926859_705406.html
El aborto “tiene algo que ver” con ETA, “pero no demasiado”
Eliminarha declarado Fernandez Diez trás leer este acertado post...
Según Omar el arte es "recrear": Hoy toca terrorismo "vasco", por ejemplo y salgo a la calle "recreando" una masacre. Ayer tocó "secuestro" y se montó un zulo. Antes tocó el tema del SIDA y Omar dijo "Pero una de las performance más impactantes tienen que ver con los recortes de sanidad en España: Meteré en una galería en un enfermo de sida durante tres días, pregunto a este gobierno si han aprobado la eutanasia sin que los ciudadanos españoles tengamos conocimiento por el asunto de los antirretrovirales. Se titula Un buen día para morir.
ResponderEliminarHace presentó un manifiesto "corroborado por 28 expertos en arte contemporáneo a nivel mundial: Estados Unidos, Israel , Japón, Argentina... Va a pasar a la historia. Cada vez hay artistas que llevamos una línea de ser duro, críticos a través de nuestra obra. He creado un movimiento, tenemos que ver las reacciones, hay que esperar el tiempo, al conjunto de nuestras obras...".
Mañana tocará las preferentes atándose a las puertas de un banco, y pasado mañana se autoinmolará tirándose por el balcón de una casa para "desocultar" el problema de los deshaucios. Para protestar por la telebasura se encerrará en un estudio de Telecinco, maniatado junto a los presentadores de Sálvame. No sabemos quien es Omar Jerez, un artista ferozmente independiente, sin el cual o gracias a quien sabemos lo que está oculto en nuestra sociedad y nuestra existencia.
P.D. Omar Jérez ha sido visto esta mañana saliendo de una conocida libreria de la capital del reino, con sendos libros de Rancière y Adorno debajo del brazo. Porque la teoría viene después de la acción por lo visto!
Según ABC "Las víctimas piden que el arte se implique también contra ETA". Este es uno de los logros de Omar Jerez. Nadie ha pedido nunca nada parecido.
ResponderEliminarhttp://www.abc.es/espana/20130503/abci-covite-arte-201305022042.html
"Los vascos cobardes y violentos –que no son todos, ni mucho menos–, necesitan de una trainera para remar, de un orfeón para cantar y de una muchedumbre para agredir."
ResponderEliminarAlfonso Ussía
bajo la inspiración del hallazgo de Omar Jerez
en SED VALIENTES "Blog católico que se fundamenta en la defensa de los valores del Humanismo Cristiano"
VIVA EL ARTE!!
VIVA OMAR!!!
VIVA LA ESCUELA CRITICA DE FRANKFURT !!!
Mas reacciones trás la desocultación!
ResponderEliminarla cosa avanza. Felicidades chaval
https://fbcdn-sphotos-h-a.akamaihd.net/hphotos-ak-prn1/941671_461112583968280_1641474208_n.png
por cierto para cuando la próxima temporada de Museo Coconut?
Señor Panizo
ResponderEliminar¿Que artista genera tanto debate y emociona en ambos sentidos?
Incluso en su blog ha batido record de comentarios y visitas
Este artista va a pasar a la historia con esta acción.
No dejemos de seguirle los pasos.
Ha creado un manifiesto,vendido obra y con cada trabajo suscita controversia.
Se nota con todo mis respetos que la gran mayoría de los que han escrito son artistas frustrados ,no digo todos pero casi........
Es lo que pasa cuando el arte se convierte en espectáculo, ni Rancière ni Adorno, ni Miliki ni Fofito. Definitivamente esto no es arte y porque se le critique tampoco lo será.
ResponderEliminarEste el caso más evidente de lo que no es arte. Convertir la obviedad en acción artística es lo más cercano al espectáculo que se pueda concebir.
pero así se han labrado muchas carreras artísticas.
No soy artista ni artista frustado. Lo que me causa frustración es ver que actos tan irrelevantes como el de Omar Jerez causen tanta expectación.
En la sociedad del espectáculo cuaquier "perfomance" vende y genera consumo. Una portada o una foto consumida es el valor que legitima. No lo que transmita sino lo que genere. Este es el único valor de Jerez, que después de desvelar la verdad del terror terrorista monta este numerito con maquillaje y atrezzo ad-hoc, una representación, más bien un simulacro semicinematográfico (espectacular) para aliviar las conciencias mas que para rearmarlas. Gracias Omar por este espectáculo tan vivificante y entretenido. Te esperamos en NY para celebrar el aniversario de la caida de la torres gemelas.
Bueno, vamos a ir dejándolo ya más que nada porque el señor anónimo no da demasiadas pistas además de la negación de la performance debido a que salió en los periódicos, a que dios sabe qué hará (omar jerez) después y que, sobre todo, el problema ETA está más que sobrepasado. Yo, sinceramente, y después de pensarlo mucho, no coincido en ninguna de las tres.
ResponderEliminarIgual todo tiene que ver con lo que piense cada cual que es el status quo imperante y como se ha llegado a él.
Si uno piensa que la sociedad vasca ha terminado por eliminar la lacra del terrorismo por el hecho de que unos cuantos de ETA promulgaron su disolución, pues esta obra creo que es de un oportunismo atroz; si, por el contrario, uno piensa que la normalidad reinante no es tal, sino que calla muchas cosas (entre ellas a las víctimas), pues esta obra es como poco interesante.
Por eso decía “desocultar”, por mucha risa que haya causado: porque pone en la palestra un dolor que la política quiere hacer callar.
En fin, poco más….Por otra parte tampoco es demasiado nueva la pieza, cansados estamos de ver performances de artistas que con su cuerpo se adentran en zonas de excepción: hace un tiempo vi a una artista que desde Israel hacía el recorrido hacia Palestina con dos limones a modo de granadas. Sí, sí, ya sé que no es lo mismo, pero la idea está ahí: el cuerpo del artista para evidenciar lo evidente con el fin de, o bien luchar para que no se olvide, o bien hacerlo recordar.
Termino: hacer al cola del paro, ese tipo de memeces que he ido oyendo, es de un evidentismo brutal: el arte no denuncia, solo muestra. Es la realidad la que, frente a ese “mostrar” tiene que avergonzarse o no. Hacer patente lo real es cosa de arte malo, muy malo; mostrar los recodos de la realidad mediante una ficción es cosa de buen arte.
Señor anónimo
ResponderEliminarTengo una pregunta para usted
¿Cuántas veces has tecleado Omar Jerez en google?
¿Es posible que tú cómo artista no generes debate sino mas bién indiferencia?
¿Vas a volver a meterte en el blogearte para ver si te he contestado?
¡Sabes cual es mi sensación!
Que siempre sois los mismo en todos los blog,web y con las mismas gracietas de chiste fácil
Toma un poco de aire y respira.
Tras la perfomance de Omar
ResponderEliminartambién los profesores amenazados volverán a la UPV
http://paralalibertad.org/la-upv-cita-a-los-profesores-exiliados-el-miercoles-para-abordar-su-vuelta/
Por favor Sr Panizo, no vuelva a mencionarme.
ResponderEliminarES UNA VERGUENZA!!!
Haré lo que pueda...no obstante, visto lo visto, soy de los que mejor y más fructiferamente utilizan y reactualizan su legado filosófico. Igual prefiere aquellos que, tildándole de absolutista, se dejan seducir por los tristes gorjeos de la revolución que nunca sucede a su debido tiempo, o aquellos otros -los más- que disparna con balas de fogeo y gritan a los cuatro vientso lo mal que está todo pero que, a la hora de la verda, les molesta horrores que les toquen su parcelita de bien amaestrada autoridad panfletaria.
ResponderEliminarUn saludo...y no, por supuesto que no, le usaré cuando me venga en gana!!